LA CASA – LA PUERTA DE LA ENTRADA

En este post tengo taaaaaaaaaanto que decir….

Por un lado me pondré nostálgico, como sabéis se cumplen 5 años desde que arrancó este blog (por eso he organizado el «SORTEO» , en mayúsculas, con un pastizal en premios) y por otro, casualidades de la vida en estas fechas me ha dado por tunear la entrada de casa, con su puerta y todo!

Echando la mirada atrás, el primer post que publiqué en yonolotiraria fue precisamente ese, el de cómo construí una consola para la entrada. No dejes de visitarlo para conocer el origen y la esencia de este blog. Me pongo tontuco de pensar todo lo que han sucecido estos 5 años y pintando esa puerta se me llegó a poner al piel de gallina.

Y es que la vida da muchas vueltas!

Pero a lo que iba, si vais siguiendo la historia de este blog sabréis que compré «LA CASA» hace 9 años, y fui retratando su cambio como buenamente podía, ni tan solo imaginaba que nunca lo enseñaría a nadie. Fue hace 5 cuando empecé a sacar fotos de archivo y arrancar mi andadura bloguera.

Dentro historia!

Lo primero primerísimo que hice hace 9 años, al entrar a vivir en esta casita de pueblo fue atacar con la entrada y el comedor, no eran demasiado bonitos pero sí lo primero que ves .

La puerta era tal que así:

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Además, si os fijáis, ya había empezado a pintar las paredes, que hasta entonces habían sido color crema y con acabado brillante (puags).

No dudé un momento y pinté la puerta con esmalte blanco, mate. Para las paredes escogí un verde oliva que me ha tenido enamorado muchos años, y como único mueble la consola de la que os hablaba antes, que hice con una balda de Ikea y unas patas de la basura.

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Aunque esta foto de arriba es muy vieja, es así es como estuvo hasta hace bien poco (aunque con lámparas).

Hace unas semanas tuve un problema con el grifo de la entrada (el que se ve detrás de la puerta) y tuve que repintar todo, así que opté por dar un nuevo aspecto a la entrada-comedor, cambiando el color de las paredes. Esa historieta la tienes en este post.

No me gustó nada el color escogido, y a partir de ahora empieza el auto-spolier, no quería desvelar nada, pero hablando del nuevo aspecto de la puerta me veo obligado a enseñar cómo ha quedado la entrada y cual es el color por el que he optado.

Lo primero que hice una vez tomada la decisión del nuevo color fue pintar toooodo de blanco.

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Pero la puerta lucía amarillenta, fea, sucia, desgastada en algunas partes… nada que ver con el blanco impoluto de las paredes.

Así es como llegó a mi un bote de pintura «Eggshell» de Fleur que me mandaron mis amigos de Pintar sin Parar, un encanto de tienda online de pinturas con un montón de tutoriales, trucos y directos en Facebook de lo más lúdicos.

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Y como últimamente me estoy modernizando y lo explico todo en vídeo ahí va uno donde te hablo de la transformación de la puerta. En mi línea un vídeo rápido y con cerveza incluída, un imprescindible en cualquier proyecto que se precie.

(disculpad la mala calidad del vídeo, pero grabar en el comedor se me hizo más complicado de lo que me pensaba).

 

Y aquí tenéis el nuevo aspecto de la puerta, blaaaaanca, mate como yo quería y con un acabado de lo más resistente.

¿Lo mejor?

Con una capa y menos de medio bote tuve  suficiente.
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Y aquí el momento spoiler del que os hablaba: así es cómo ha quedado la entrada con la nueva puerta, color de pared, eliminando objetos y cacharros al máximo (no me gusta limpiar, paso de andar apartando cosas todo el día, el minimalismo es para vagos).entrada5

Tengo pendiente hablaros un día de lo que hay antes de la puerta (lo que sería la calle, vamos) y es que vivo en una calle sin salida y ahí es donde con mi vecina nos hemos montado una terracita chill out de lo más apañada para disfrutar de la fresca del pueblecito, cervezas y charlas.

 

En el próximo post os sigo hablando del nuevo aspecto del comedor 😉

 

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