EVENTO – REPARALIA WORKSHOP (Y EL MENDA DE TALLERISTA)

Hace unas semanas mis amigos de Reparalia  me propusieron algo diferente a lo que había hecho hasta el momento con ellos.

Me invitaban a un evento, pero esta vez nada de ir, atiborrarme con su delicioso catering, hacer el DIY de turno y llevarme a casa sus regalos. Esta vez participaba con ellos en el evento impartiendo un taller. ¡Qué nervios! Me proponían ser partícipe en uno de sus eventazos.

Ellos proponían la materia prima para el proyecto: una caja de vino.

Y yo ponía el resto, así que ideé una estación de carga donde poner los cables bien enrollados y en una caja molona. Se acabó el desorden en el despacho. Además con compartimentos para memorias USB o tarjetas de memoria.

Y al fin llegó el día.

Tras pasear por medio Madrid con un taxista un tanto jeta llegué al espacio de coworking UTOPIC_US que ya antes de pasar su puerta enamoraba. Me pido esa silla para mi casa!

Dentro habían prisas, nervios, gente pasando con bandejas de galletas de un lado a otro, los expertos de la marca ultimando detalles para los talleres… pero si algo se respiraba era profesionalidad. Todo había de salir perfecto y con tanta organización imposible que no fuera así.

Preparé las 3 cosas que faltaban en mi mesa y cuando me di cuenta empezó a llegar la gente.

A unos los desvirtualicé, a otros los veo más que a mi propia familia pero el grupo era de lo más salao y enseguida la charla, café en mano,  se convertía en confidencias bloggeriles de esas que solo nos contamos cuando nos encontramos unos cuantos perros verdes bloggers. Se siente uno tan relajado y feliz en estos momentos…

Pero no todo era tomar café. Había un reto, o mejor dicho 2 retos en ese día y Catia, mi amor platónico, nos explicó en que consistiría el rato que íbamos a pasar juntos.

Eramos básicamente 2 tipos de bloggers, los de deco-diy y las mamis molonguers.

Por otro lado había 2 mesas de trabajo, en una se haría una caja para relojes y en otra la estación de carga.

Así que… al ataqueeeeee.

No sé cuanto duraron los talleres. Perdí la noción del tiempo.

Gracias a los expertos de Reparalia aprendimos cómo desmontar una base de enchufes para volver a montarla en la caja de vino, mientra que en la otra mesa el carpintero enseñaba cómo hacer la caja-relojero. Se me iba la mirada a esa mesa y es que quedó chulísimo.

Estos chicos sirven para todo!

Pero ojo, que mi grupo de bloggeras no se les resistía nada.

Unas atornillaban concentradas mientras otras publicaban en las redes sociales.

Había alguna que parecía haber nacido con un taladro bajo el brazo.

Mis washis aparecieron misteriosamente en la mesa de los relojeros, pero me alegro, ya que salieron cosas chulísimas.

Cosas molonas también conocidas como las Hapiness del grupo. Un amor de chicas.

Y pasado todo esto llegó de nuevo la comilona.

Una cerveza me recuperó de los nervios iniciales y me presentaron al temido sofá rojo.

En él nos iban a entrevistar… uy uy uyyyy.

Pero nah! Catia me lo puso fácil (se me nota en la mirada que estoy enamorado?)

Acabamos riendo, buena señal 😉

Por ese sofá pasaron tooooooodos los que habíamos estado en el evento, y me muero por ver el vídeo donde cada uno aporta su experiencia y responde a las preguntas.

Además me regalaron un servicio de «Manitas».

Esto es la leche, uno va a trabajar y aún le hacen entrevista y regalo!

Pero tranquilos, que si deseáis tener un «manitas» cerca y no sabéis cómo Reparalia tiene un producto de lo más interesante:

Una gama de Servicios y Micro Seguros de Cuidado del Hogar, que cubren puntos específicos de las instalaciones de tu hogar y complementan tu seguro multiriesgo estándar. Su coste, dependiendo de si cubren Fontanería, Electricidad, Gas o Protección Esencial del hogar, oscila solamente entre 3€ y 5,45€ al mes, con descuentos del 25% el primer año.

Mola, eh? tienes toda la info aquí.

Y véase aquí el equipazo organizador, donde falta Macarena (mi otra media naranja). Un lujo compartir experiencia y trabajo con ellos. Además se han currado un post chulísimo con más info y listado de bloggers.

Y ahora mi momento confesión: mis mails con Reparalia suelen acabar con un corazón, y por algo será. Con eso no quiero decir que perdamos el respeto a las marcas, que son eso, marcas, si no que nos saquemos el sombrero con esas que son tan cercanas y humanas sin dejar de ser profesionales.

Tener personas así delante de una marca es algo que debería ser obligatorio.