Adaptando una guirnalda demasiado fifí

 

Muchos estaréis de vacaciones de semana Santa, pero servidor no sabe qué es eso desde hace muchos años, más de 10!
No deja de ser una semana normal y corriente, con Josep estresado en su tienda y yo haciendo mis turnos en el hospital, así que aunque todos estéis de vacaciones disfrutando de tapas, sol y paseos uno no para de tunear para asomar la cabecita por aquí.
En esta ocasión es el turno de una guirnalda «fifí» que compré en mi última visita a Primark. 
Enseguida me entró por los ojos, más que nada por su precio, y es que los 4 euros que costaba la hacía más atractiva pese a su color rosa chicle.
Hacía tiempo que quería una guirnalda luminosa, y esta me encantó por su forma.
El color no era ningún problema, me ha dado tan fuerte por la pintura que no descarto pintar al pobre perro (de momento aún hace juego con la decoración) 😉
Cuestión, que os presento la guirnalda.
Sigo con mis experimentos con los sprays, y pensé que para dar mayor resistencia al acabado una imprimación vendría bien. Por comodidad y acabado el tipo de aplicación venía genial, aunque tenía mis dudas si una imprimación para plásticos sería la adecuada (y sí, lo fue!).
Empecé soltando los corazones metálicos de los leds. Iban pegados con una pequeña gota de cola, así que no me costó más de un minuto.
Después extendí los corazones sobre un plástico, para no manchar y los rocié con la imprimación.
 
Como era un día soleado en unos minutos secaban, les daba la vuelta y repetía el proceso.
Lo siguiente fue pasarles un hilo por un extremo. 
No tenía ganas de manchar brochas, pese a que el esmalte es al agua. Quería probar la «inmersión», pintando todos los recovecos.
Una vez todos con su hilo era momento del baño en pintura.
Tras la inmersión era momento de dejarlos en un lugar para que se escurriera el sobrante de pintura.
Ideé un improvisado tendedero, donde los ataba con una pinza.
Aquí debo reconocer que antes de que secaran me tocó retirar el exceso de pintura para evitar «goterones», lo hice con cuidado, con un poco de papel.
Cuando ya secaron era el turno de montarlos de nuevo, con su gota de cola para fijarlos a los leds.
Los he colgado en una esquina del dormitorio, para ir rompiendo con el blanco que empezó reinando en él.

 Me encanta la luz ténue que dan, pero más las sombras, pura delicadeza oiga!
 
El esmalte es de Leroy Merlin, el mismo con el que hice los cuadros del dormitorio.
La imprimación es de Novasol Spray, si no sabes dónde conseguirla aquí puedes encontrarla!

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